Grandes Ligas

Hace 25 años, Jim Abbott demostró que sí se puede

Lanzar un juego sin hit ni carrera es una hazaña soñada por todos los lanzadores; algo que no cualquiera puede conseguir y menos en un escenario de Grandes Ligas. Ya de por sí el lograr llegar a la llamada gran carpa es una hazaña soñada por todo pelotero.

Analicemos esto más lento: ya lograste llegar a MLB, eres parte de la rotación abridora de los Yankees y encima tienes la dicha de lanzar juego sin hit ni carrera… y todo esto lo haz logrado con un solo brazo (literal). Sí, lo que leyeron fue cierto y es la historia de Jim Abbott; ex lanzador zurdo (por obligación, prácticamente). Y es que Abbott no tenía la mano derecha; por lo que lanzaba y atrapaba con la mano izquierda.

El 4 de septiembre, Abbott se metió a una muy selecta lista de lanzadores que han logrado dejar sin hit a su rival. Una lista que actualmente solo ha visto 299 juegos sin hit ni carrera; siendo -hasta ahora- el último de esta lista James Paxton de los Marineros de Seattle.

Ante sus fanáticos -lanzando para los Yankees-, Abbott dejó en blanco a los Indios de Cleveland y logró ser el no-no 234 de la historia. Matt Nokes fue su receptor en ese entonces.

Pero los logros de Abbott no son solamente haber llegado a MLB y haber lanzado un sin hit. Abbott fue abanderado de Estados Unidos en los Juegos Panamericanos de 1987, y en 1988 fue parte de la selección de béisbol de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 donde el béisbol fue deporte de demostración y donde logró ganar la medalla de oro (no oficial), lanzando el juego de campeonato ante Japón completo.

Debutó en MLB en 1989 con los Angelinos de California y comenzó en la rotación abridora del equipo como novato, sin haber lanzando ni un solo juego en Ligas Menores; es decir, dio el salto directo a la gran carpa. Algo que también no pueden presumir muchos jugadores.

La manera de trabajar de Abbott era colocarse el guante en su brazo derecho para tener libre la mano izquierda y poder lanzar. Jim tenía que ser rápido, pues debía inmediatamente después colocarse el guante en la mano izquierda para poder fildear todas las bolas que fuera hacia él. Inmediatamente después, sacaba la bola del guante y tomaba el guante prácticamente con la axila derecha para poder tener libre la mano y hacer el lanzamiento a la base que necesitara para sacar el out.

Abbott lanzó para los Angelinos, los Yankees, los Medias Blancas, nuevamente los Angelinos, otra vez los Medias Blancas y se retiró con los Cerveceros en 1999. Acabó con récord de 87-108 con efectividad de 4.25 y 888 ponches recetados.

Hace 25 años, James Anthony Abbott nos demostró que no hay obstáculos, que no hay imposibles. Que si puedes es porque no quieres y que sí se puede sin importar las limitaciones que pudiera darte la vida.

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