Por: Itzel Vicente
“Siempre es un día diferente, lo que pasó ayer ya no importa para lo que pasará hoy”.
Santiago Chávez, pelotero saltillense que a sus 16 años firmó con los Atléticos de Oakland, nos habla acerca de su paso con Charros de Jalisco. “Me siento muy bien, es un equipo muy unido y es un gran equipo. La verdad lo veo campeón”, comenta Chávez; quien debutó con el equipo a finales de 2016.
Chago, como es conocido, trae el béisbol en la sangre; su padre, Guadalupe Chávez, quien fuera la primera contratación de Saraperos de Saltillo en 1970 y coach del equipo, es quien lo ha impulsado a seguir su sueño.
“Cuando empecé en esto extrañaba mucho a mi familia, pero cuando estaba entrenando se me olvidaba, sin embargo, en las noches cuando me iba a dormir los recordaba. Gracias a Dios me acostumbré rápido y tenga los años que tenga jugando, siempre los voy a extrañar y voy a querer estar con ellos”.
Su padre es quien de alguna manera fue pieza importante para que Santiago decidiera ser pelotero. Desde pequeño acompañaba a los partidos y entrenamientos a su padre; por lo que poco a poco le fue tomando gusto a este deporte.
Stockton Ports (los Puertos de Stockton), equipo perteneciente a la Liga de California, fue el equipo con el que Santiago terminó este verano; dando paso a enfocarse totalmente en su regreso a Charros.
Con dicho club, el pasado 26 de octubre contribuyó a una noche inolvidable y que quedará marcada en la historia de Charros; Orlando Lara lograba aquella noche lanzar juego sin hit ni carrera y Santiago Chávez lo apoyó conectando su primer cuadrangular en Liga Mexicana del Pacífico.
Carlos Bobby y Alex Treviño, tíos de parte materna, son otra inspiración para el pelotero, quien señala que “existen momentos en tu carrera donde dices que quieres tirar la toalla por frustraciones, sin embargo, se va adquiriendo experiencia; además de que el béisbol siempre da revanchas”.
Santiago, quien está en su tercera campaña con Charros, comenta que uno de los estadios más difíciles para jugar es el Teodoro Mariscal de Mazatlán; no obstante, día a día busca mejorar sus habilidades y lograr llegar a su objetivo: Grandes Ligas.
Una persona tranquila, con gran amor a su familia, apasionado del Rey de los Deportes y a quien le gusta disfrutar de la vida, es como se describe Chago; quien constantemente bromea en el dugout con sus compañeros y que sabe que con perserverencia y fe en Dios podrá realizar sus metas.
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