Desde el año 2011, cada día 1° de julio se “celebra” el día de Bobby Bonilla en MLB. Esto gracias al que ha sido considerado el mejor y peor contrato de la historia no solo del béisbol sino quizá del deporte.
Nacido el 23 de febrero de 1963, Roberto Martín “Bobby” Bonilla jugó béisbol desde su etapa de preparatoria en su natal Nueva York. Luego de graduarse en 1981, esperaba ser seleccionado en el draft de MLB de dicho año pero tal cosa no sucedió.
Tras este capítulo de su vida, decidió entrar a estudiar ciencias computacionales al Instituto de Tecnología de Nueva York. En 1980, Bonilla fue elegido para jugar durante el verano en Escandinavia, pero la familia de Bonilla no tenía cómo pagar el viaje; por lo que Joe Levine, su coach, lo ayudó a juntar fondos para poder solventar los gastos del viaje. No debe sorprender el por qué Bobby ha dicho que consideraba a Levine como un segundo padre.
El coordinador e instructor de aquel viaje a tierras europeas era el legendario scout Syd Thrift (responsable de firmar al histórico Rickey Henderson), quien observó el talento de Bonilla y vio potencial en el joven para llegar al béisbol profesional. A pesar de que en ese entonces Thrift se encontraba lejos del ámbito del béisbol, acudió al viaje.
Al volver, Thrift llamó al director de Ligas Menores de los Pittsburgh Pirates para informarle sobre Bonilla. Unas semanas después, Bobby ya se encontraba instalado en Florida para un tryout en el Spring Training de los Pirates. Sus primeros dos años los pasó en la Rookie League y poco a poco fue escalando en el sistema de granjas de Pittsburgh hasta tener una oportunidad en 1985. Lamentablemente, se rompió la pierna tras un encontronazo con su compañero Bip Roberts.
La llegada a la gran carpa
Para 1986, los Chicago White Sox lo adquirieron vía Regla 5 y fue con ese equipo con el que logró debutar en la gran carpa. Volvió en 1986 a Pittsburgh donde se mantuvo hasta 1991. En diciembre de ese año firmó un contrato por 5 años y $29 millones de dólares con los New York Mets. Ahí se convirtió en el pelotero mejor pagado de la Liga Nacional de 1992 a 1994. Tomen nota de las cifras, pues esto será de suma importancia más adelante.
A pesar de tener buen rendimiento con los Mets, Bonilla se caracterizó por su mala relación con la prensa la cual inició desde su primer día en Nueva York al decirles que no iban a lograr de ninguna manera, borrarle la sonrisa que tenía en su rostro en ese momento.
De 1995 a 1996 jugó con los Orioles donde ayudó al equipo a llegar a la Serie de Campeonato de la Liga Americana; de 1997 a 1998 jugó con los Marlins donde fue parte del equipo campeón de Serie Mundial de 1997; en 1998 fue cambiado a los Dodgers en el movimiento que envió a Mike Piazza a los Mets.
En el mismo año de 1998 llegó el tan famoso contrato en un movimiento que lo llevaba de vuelta a los Mets y también uno de los incidentes más famosos en la carrera de Bonilla.
Llegó en noviembre de 1998 al equipo en un cambio que envió a Mel Rojas a los Dodgers. Su rendimiento no fue el esperando y además tuvo varios roces con el mánager Bobby Valentine. Todo llegó a su fin cuando, durante el juego 6 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional de 1999 ante los Braves, Bonilla y Rickey Henderson se fueron a sentar al clubhouse a jugar cartas.
El tan infame contrato con los Mets
Tras esto y su pobre nivel de juego, los Mets decidieron dejar en libertad a Bonilla pero todavía le debían $5.9 millones de su contrato. Aquí entró el agente de Bobby a hacer el mejor movimiento en la historia e hizo la siguiente oferta a la gente de los Mets: Bonilla estaba dispuesto a aplazar el pago de los $5.9 millones por 10 años, y entonces los Mets le comenzarían a pagar $1.19 millones anuales a partir de 2011 y hasta 2035. Es decir, Bonilla recibiría en total $29.8 millones.
Fred Wilpon, el dueño de los Mets en aquel entonces, aceptó la oferta y se llegó a un acuerdo con Bonilla y su agente. La razón principal por la cual aceptó era porque en aquel entonces, había hecho fuertes inversiones con Bernie Madoff que le devolverían el 10% de intereses. Para no hacer más cuentas y no meter más números, al final, si todo hubiera salido bien, los Mets realmente iban a pagarle solamente $5.9 millones a Bonilla y recuperarían el resto con los intereses de la inversión.
Lamentablemente para Wilpon y los Mets, Madoff resultó la mente maestra detrás de uno de los mayores fraudes monetarios en la historia de los Estados Unidos, por el cual fue sentenciado a 150 años en prisión en un movimiento que alcanzaba los $64,800 millones de dólares. Este fue el mayor fraude cometido por una sola persona en la historia.
Los Mets no fueron los únicos
Pero los Mets no fueron el único equipo que accedió a un acuerdo de este tipo, los Orioles también accedieron a un acuerdo así y desde 2004 le pagan $500 mil dólares anuales y así lo harán hasta 2028. Con esto, en total Bonilla recibe cada 1° de julio cerca de $1.7 millones.
Luego de haber sido liberado por los Mets, en el año 2000 llegó a los Braves donde tuvo buen promedio de bateo, pero apenas disparó 5 cuadrangulares. Para 2001 llegó a los Cardinals, donde las lesiones lo aquejaron y orillaron al retiro. Incluso el mismo Bonilla declaró que las lesiones y el poco tiempo que le dieron para jugar, terminaron siendo las razones principales por las cuales se retiraba.
Es así como, a pesar de estar retirado desde 2001, los Mets y los Orioles le siguen pagando a Bobby Bonilla y lo seguirán haciendo por algunos años más todavía. Como jugador, este es el mejor contrato de la historia; pero como directivo, es el peor contrato que puedas aceptar.
El pasado 7 de agosto de 2022, una parte del contrato original fue vendido por $180 mil dólares en una subasta. Una copia de su contrato fue otorgado por el agente Dennis Gilbert, en un paquete que también incluía una pelota firmada por Bonilla, un bat utilizado por Bonilla, una llamada de 30 minutos por Zoom con el ex-pelotero, una llamada de 30 minutos por Zoom con Gilbert y un NFT de Bobby.